Microsoft anunció en un comunicado la semana pasada que el total de consolas Xbox 360 vendidas durante los últimos 12 meses era de 10.3 millones de máquinas a la finalización de su último año fiscal. Por su parte, Sony hizo públicas ayer sus cifras afirmando que habían conseguido colocar 14.3 millones de PS3 en todo el mundo, lo que supone un incremento en ventas con respecto a la compañía de Redmond de un 28%. Actualmente la horquilla de unidades entre un sistema de sobremesa y otro es de 3.6 millones de consolas a favor de Xbox 360.
Uno de los motivos que espoleó las ventas del sistema de Sony fue la comercialización de su modelo Slim. Y es con esa estrategia con la que Microsoft espera que la situación cambie de nuevo volviendo a aumentar la ventaja con respecto a la compañía nipona. El nuevo modelo de Xbox 360 podría tener la llave de un nuevo despegue para Microsoft. No en vano, según Chris Lewis, jefe de Xbox Europa, el porcentaje de ventas en Reino Unido tras la comercialización de este nuevo modelo no hace sino crecer en un 1.000% semana tras semana.
Pero donde todos los analistas coinciden es que la clave para un posible adelantamiento de PS3 a Xbox 360 radicará en el éxito o el fracaso de la puesta a la venta de los nuevos sistemas de control por movimientos para ambas máquinas: PlayStation Move y Kinect. El sentimiento general de la industria es que Kinect supone un paso adelante mayor que el que proporciona Move, aunque el menor precio de éste podría decantar la impredecible rueda comercial del éxito comercial hasta los dominios de Sony.
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